Se ha vuelto cotidiano que cada temporada de lluvias se registren severas inundaciones en las diferentes alcaldías de la Ciudad de México (CDMX), y esto tiene varias explicaciones con base en lo que han señalado los expertos. Justamente, una de las causas de esta contingencia es el sistema de drenaje.
Para tener bien listo el impermeable y las botas, sobre todo considerando las intensas tormentas de días recientes, te contamos porqué la CDMX es una de los focos rojos respecto a inundaciones.
CDMX y su historia con el Dios Tláloc
Es importante mencionar el contexto en el que fue construido uno de los asentamientos urbanos más grandes del mundo, y es que la CDMX está ubicada en una cuenca rodeada de montañas, lo que hace que sea una zona de fácil inundación.
Aunado a ello, la capital mexicana cuenta con una población superior a los nueve millones 209 mil 900 personas, o por lo menos así lo ha señalado el Censo de Población y Vivienda 2020 que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Las inundaciones en CDMX pueden generar mayor número de afectaciones considerando la demografía y número de viviendas expuestas.
Ahora, tampoco es mentira que el impacto del cambio climático es un factor de las graves inundaciones que se presentan en la CDMX pues sólo hay que analizar la modificación de los espacios naturales para la injerencia de las actividades humanas.
¿Y el drenaje influye en las inundaciones?
Sin embargo, no toda la culpa la tiene la naturaleza, pues la Ciudad de México cuenta con un sistema de drenaje insuficiente, y se determina así por la cantidad de lluvia que recibe.
No ignoremos además que otra de las principales causas es la acumulación de basura en las alcantarillas, en distintas ocasiones autoridades de Protección Civil han señalado que cerca de un 50% de las inundaciones son provocadas por taponamientos.
Estiman que por lo menos un 13% de todos los desperdicios que se generan en la CDMX terminan en las calles, y eso equivale a más de 10 mil toneladas de residuos en las alcantarillas. Así que para la otra que veas nubes sospechosas, mejor resguárdate y no intentes desafiar a la naturaleza.
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