No es novedad, pero la contaminación en la Ciudad de México es un problema crítico, exacerbado por el crecimiento demográfico y urbano. Ahora mismo, la CDMX enfrenta una triple crisis por emergencia ambiental.
La ubicación geográfica de la capital, rodeada de montañas, atrapa los contaminantes dificultando su dispersión, la altitud hace, además, que sus niveles de oxígeno sean un 25% más bajos. Pero eso no es todo, la extracción excesiva de recursos hídricos, las lluvias irregulares, incluso la actividad volcánica repercute en la contaminación de la capital.
Durante el balance de 2024, y a través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la CDMX enfrenta una triple crisis por emergencia ambiental: están seriamente afectados el agua, el aire y el suelo.
Que cada vez haya más edificio y menos hábitats naturales no solo afecta a las especies vegetales y animales, también impacta la calidad de vida de las personas, los problemas de salud relacionados con la contaminación del medio ambiente son cada vez más comunes.
Ahora bien, no se trata solo de preocuparse, sino de ocuparse con estrategias para mitigar estos problemas, empezando por el uso consciente del agua, la reforestación y el uso de medios de transporte sostenibles. Tampoco es responsabilidad solo del gobierno de la entidad, también de la ciudadanía que puede tomar decisiones responsables todos los días para usar debidamente los recursos naturales y proteger el medio ambiente.
