Esta frase es de Rosa Parks, una mujer cuya valentía y esfuerzo merece el recuerdo, una mujer afroamericana que en 1955 se negó a cederle el asiento a un hombre blanco, en medio de condiciones de discriminiación racial y siendo presionada por el chofer del transporte…
Su movimiento tuvo eco y para repudiar la segmentación, hubo boicots al sistema de traslados, hasta que en 1956, la corte suprema en los Estados Unidos, declaró insconstitucioal la segregación racial en el transporte.
Rosa, como muchas otras, forjó la lucha en una condición de discriminación múltiple y logró traducirlo en un cambio, pero eso sí, sigue requiriendo de perfección para esa sociedad de derechos.
El 8 de marzo, representa un día para la reflexión, para reconocer lo que hemos avanzado y para trazar los caminos que aún sinuosos habremos de recorrer.
En el mismo contexto internacional, pero con casi 70 años de diferencia entre la narrativa de Rosa Parks, hoy, hablar de los derechos de las mujeres, sigue sin formar parte de todos los sistemas jurídicos, para muestra la ventana al mundo que se abrió en Qatar o qué tal el cierre de escuelas a las mujeres en Afganistán.
Para este 2023, la ONU, aborda la enorme brecha en el acceso a la tecnología, 37% de las mujeres en el mundo no tienen acceso a internet y, si no actuamos, estas diferencias traerán también menos oportunidades para el empleo.
La estimación es que para el 2050, el 75% de los trabajos estará relacionado con áreas de uso de tecnología, qué van a hacer entonces quienes no tienen acceso a esta…
Todavía es muy amplia la agenda pendiente, preocupa la violencia; en México sigue urgiendo un mayor combate a la impunidad en la violencia feminicida, que representó en 2022, de acuerdo con el seguimiento que hace la Comisión Independiente de Derechos Humanos, el año con más casos, llegando a 107 solo en Morelos.
Menoscabar los derechos de las mujeres, no es solo algo que hacen los hombres, también hay mujeres violentas, antifeministas, pero esas malas experiencias de personas que no están a la altura del tiempo que estamos viviendo no pueden representarnos una decepción de la lucha que debemos mantener, esos casos son los menos y ante hombres, mujeres, ante todas las personas violentas, hay que hacerles frente, la lucha de muchas a lo largo de la historia ha requerido lo más importante, un espíritu libre y consagrado a sus ideales y a sus principios.